Con el aprendizaje mutuo de jóvenes y adultos cerrará la Campaña de alfabetización
La Jornada de Oriente
Por :
2013-08-08
Para el próximo sábado 10 de agosto los 55 preparatorianos que desde
el 8 de junio vivieron, convivieron, enseñaron y aprendieron de las
personas que este año participaron en la Campaña de alfabetización que
coordina el Centro Universitario de Participación Social (CUPS),
concluirán con este esfuerzo que para la mayoría se convierte en una
valoración sobre la forma en que viven en la ciudad, que es comparada
con la vida que existe en las comunidades.
En su edición 12, los jóvenes provenientes de varias preparatorias de
la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) trabajaron con los habitantes
de las 25 comunidades ubicadas de la Sierra Norte que este año
participaron: con las 421 personas que se graduarán, los más de 30 niños
de primaria que fueron parte de un proyecto especial de regularización,
que se suman a otro numeroso grupo que participó en las actividades
lúdicas y recreativas que se hicieron cada fin de semana.
Como dijo Estefanía, una estudiante del Bachillerato 5 de Mayo que
estuvo en el centro ubicado en Vista Hermosa, en la junta auxiliar de
Xocoyolo, en Cuetzalan, la experiencia de ser alfabetizador es única y
particular.
“Primero tus papás te dicen que no, que no podrás hacerlo; luego tus
amigos te dicen que irás a un lugar donde no habrá internet ni WiFi,
y cuando llegas a la primera semana te quieres regresar. Pero luego
viene lo más gratificante: que las mujeres a las que alfabetizas te
digan ‘pásele maestra’, te ofrezcan una taza de café y te digan que
están dispuestas a aprender contigo”, dijo sonriente.
Por su parte, Mirta Figueroa Fernández, directora del Centro
Universitario de Participación Social, señaló durante una entrevista que
cada año al final de la estancia y del trabajo de alfabetización
comunitario, los muchachos no quieren irse de la comunidad ni dejar el
programa.
Dijo que los voluntarios, los cuales no reciben ningún beneficio
académico o económico, llegan a la campaña de alfabetización por razones
múltiples y al final se van convencidos de que “no es lo mismo
escucharlo que vivirlo”.
“Todo comienza en enero, cuando visitamos las preparatorias de la UAP
para invitarlos y los estudiantes responden con emoción y se anotan,
pero poco a poco van desertando hasta formar un grupo final, que son los
que están aquí. Después de la experiencia saben que son capaces de
enseñar, de comprometerse, de desvelarse; también, saben ser de cierta
forma alumnos que aprenden de las personas a las que alfabetizan, que es
gente de campo, que no tiene que ver con la realidad que viven en la
ciudad. Aquí son capaces de entrar a una casa que se convierte en un
lugar familiar, en donde en muchas ocasiones hay hambre y frío, pero
donde siempre se les recibe de manera sonriente”.
Figueroa Fernández expresó que asumir la dirección del CUPS implica
una gran responsabilidad, ya que Jorge Pedrajo Hernández (27 de junio de
1969–22 de febrero de 2013) dejó la ruta marcada de lo que debe ser el
programa de alfabetización aunada a “una personalidad fuerte y
carismática”.
“Jorge fue mi amigo y mi maestro, todo lo que hacemos él me lo
contagió, todo ese entusiasmo y esa forma de trabajo. Ahora se trata de
no quedarle mal y de buscar más, de seguir tomando decisiones en
colectivo porque este es un programa horizontal”, señaló.
Como ejemplo de lo que vendrá para la Campaña de alfabetización del
Centro Universitario de Participación Social, continuó Mirta Figueroa,
será una nueva vertiente del programa que buscará alfabetizar, en su
lengua materna, a grupos indígenas de Puebla, en especial a hablantes
del náhuatl.
Al respecto, Elizabeth Vázquez, miembro del CUPS, recordó que fue
desde 2011, la primera vez que llegaron a vivir a Xocoyolo, cuando
surgió la idea de atender a los hablantes del náhuatl y alfabetizarlos
en su misma lengua.
Dijo que debido al apoyo y la colaboración que el programa del CUPS
ha establecido con la Cooperativa Tosepan Titataniske se acordó comenzar
la alfabetización con algunos de sus miembros, ya que éstos tienen y
han demostrado el interés de defender el uso de su lengua materna.
Los cooperativistas, explicó Vázquez, tienen el interés de participar
en la campaña de alfabetización para que puedan utilizar su lengua como
un medio para difundir su labor, además de la capacitación continúa
entre sus integrantes.
La entrevistada señaló que actualmente se está diseñado el Curso de
alfabeto, es decir, el programa curricular que integra temas como el
código escrito y su consolidación, además de darle cierto perfil a la
lengua para que pueda ser de provecho en el ámbito en que se
desenvuelven los hablantes.
Ello, mencionó, refiere a que “la palabra generadora” sobre la cual
funciona el modelo tendrá que ver con los conceptos que se usan en la
cooperativa; un ejemplo, añadió, es la palabra “nechicolis”, que refiere
a “discusión” en sentido del diálogo y las asambleas que suelen
realizar estos grupos, para acordar y definir algún asunto comunitario.
En conclusión, expresó Elizabeth Vázquez, el proyecto busca que la
gente escriba en su lengua lo que dicen sus tradiciones orales y también
las nuevas “formas de decir”, en un proceso “que no sea en detrimento
de las lenguas originales, sino en la búsqueda de su rescate, difusión y
preservación”.
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